sábado, 27 de abril de 2013

Figuras de la libertad en los Evangelios.



La libertad a que Jesús llama se expresa en los evangelios con numerosas figuras, una de las cuales es «comer recostado a la mesa». En la época de Jesús, comer recostado era privilegio de hombres libres; en ninguna ocasión se permitía a un esclavo o siervo adoptar esa postura para comer. Por eso, en la cena pascual judía, conmemoración de la liberación de Egipto, se comía recostado a la mesa. En los evangelios, cuando Jesús aparece comiendo con sus seguidores, se indica siempre que lo hacen recostados. Así lo señala Marcos en la comida de Jesús con sus discípulos y los numerosos recaudadores y descreídos que lo seguían (2,15 par.). Lo mismo en la última cena (Mc 14,18 par.; Jn 13,12.23) y en la descripción de la nueva sociedad futura (el banquete del Reino), que integrará a los paganos (Mt 8,11). 

En Juan, el don de la libertad a los discípulos se explicita en el lavado de los pies. Jesús, «el Señor», al prestar a los suyos un servicio propio de siervos (13,4s), los eleva a la categoría de «señores», es decir, de hombres libres. Con esto les enseña cómo han de procurar la libertad y dignidad de los hombres: con el servicio por amor. Este servicio no se opone a la dignidad ni a la libertad propias: Jesús, después de prestarlo, vuelve a recostarse a la mesa, tomando de nuevo la postura del hombre libre (13,12).
Respecto a Jesús, la libertad está incluida en el concepto de «amigo», opuesto al de «siervo» Gn 15,15).

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